Proceso, técnica y materia
En los inicios del movimiento el material y las técnicas eran muy pocas, y recaían principalmente en la serigrafía y el dibujo a mano, sobre soportes como papel y vinil. Sin embargo, en el auge del
sticker se comenzaron a utilizar técnicas más precisas para la elaboración del mismo, se incorporaron nuevos procesos e incluso herramientas digitales para su elaboración.
La serigrafía por ejemplo, consiste en imprimir o estampar imágenes que fueron trazadas en una plantilla sobre una malla con tinta a una superficie (ya sea papel o vinil); es una de la más recurrentes técnicas que realizamos, sobre todo por la facilidad de realizar miles de
stickers en poco tiempo. Su complejidad radica en la precisión de líneas, limpieza del trabajo y el uso de distintas tintas.
Otra técnica es el dibujo a mano, donde el diseño es elaborado de forma artesanal sobre soportes que tengan algún material adhesivo en la cara posterior. En este caso, cada
sticker es distinto y se puede jugar con los colores y formas. También se encuentran la impresión digital y el recorte a mano, entre otros.
En la actualidad, se pueden ver grandes cambios en el
sticker urbano: Diseños más elaborados, diferentes tipos de viniles adhesivos y materiales de alta resistencia y durabilidad. Uno de estos es el eggshell; material que se volvió popular en el año 2017 cuando exponentes de otros países comenzaron a utilizarlo. Sus propiedades de máxima adherencia y resistencia lo han colocado entre los materiales de mayor popularidad, sin embargo suele ser aún muy caro e inusual.
Además de este, hay otros materiales que simbolizan una gran inversión económica a sus proyectos, como el vinil reflejante, aquel que se usa generalmente para los señalamientos o rotulación de vehículos debido al brillo que se proyecta con la luz y es notorio a grandes distancias.
Es importante señalar que el proceso creativo del
sticker implica tanto la inspiración, como el diseño, la técnica o maestría, la selección de materiales y por supuesto la estrategia de colocación, que en conjunto genera valores agregados al
sticker, es decir, el preguntarse ¿qué material usar en qué espacio? Puede determinar el tipo de percepción o visualización del mismo, e incluso formar parte del concepto.
Es por ello que el
sticker está en constante evolución; y mientras haya personas que sean parte de este movimiento, estos cambios se verán reflejados continuamente. Se puede ver la transformación de este movimiento, justo en las calles, donde aún se conservan, aunque pocos,
stickers de hace 15 años que conviven con nuevos materiales o técnicas tradicionales, intervenciones masivas a la vista pero con una intencionalidad individual.
El
sticker es el resultado, pero la diversidad de materiales y la intensidad de colocación son reflejo de su contexto.
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