Inicios del sticker urbano en México
No se sabe a ciencia cierta quiénes y cuándo introdujeron el sticker urbano a México. Lo que se sabe es que los precursores de este arte comenzaron a trabajar en la década de los años noventa y poco a poco, ya sea por imitación, por invitación o simplemente porque les pareció buena idea, muchos artistas comenzaron a dedicarse a él.
Sin embargo, la historia del
sticker urbano no ha sido lineal, ha tenido altibajos: épocas gloriosas donde la ciudad entera fue tapizada con diversos
stickers y épocas en las que muchos exponentes abandonaron esta actividad. Felizmente, podemos decir que al día de hoy, este arte se encuentra en un gran momento.
Llegados a este punto, surgen muchas preguntas: ¿Qué es el sticker urbano? ¿Para qué sirve? ¿Por qué es importante? ¿Es arte? Muchas personas se han planteado esta pregunta, sin embargo, no hay respuestas concluyentes.
El
sticker surgió vinculado al comercio de frutas y, posteriormente, en los años setenta, comenzó a utilizarse en Estados Unidos como un medio de expresión. Se sabe que los primeros stickers urbanos fueron utilizados por los grafiteros que buscaban una manera rápida de extender sus pintas y no ser detenidos por la policía.
Posteriormente, los
stickers urbanos se separaron para constituir una rama independiente del grafiti, aunque en algunos casos, todavía hay vasos comunicantes. El
sticker urbano puede ser solo una imagen, una palabra, una frase, pero la mayoría de las veces llega para quedarse en la mente.
Invade la ciudad, pero más aún invade el pensamiento y se queda ahí, fugaz o permanentemente, incomodando y cuestionando. Cualquier persona puede estar detrás del
sticker y al final es irrelevante quién lo haga, cuál es la edad o condición social de su creador, lo importante es la huella que deja. La propia calle es su mejor juez.
¿Puede ser arte algo que sólo se pega en las calles, sin mayor razón que el hacerlo? Si, de hecho es el arte que representa a nuestro tiempo. Como decía Zigmunt Bauman, respecto a los artistas urbanos franceses: “estos artistas de la era líquido-moderna (…) se centran en acontecimientos pasajeros: acontecimientos de los que, de entrada, se sabe que serán efímeros.
Saben que el arte como acontecimiento, no ya el arte como obra, concluirá pronto (…) Crean obras que quedarán expuestas a las inclemencias del tiempo y que acabarán desintegrándose. Intencionadamente, trabajan con materiales frágiles (…), a diferencia de los artistas de antes que buscaban los secretos de los tintes y de los materiales para que sus obras perduraran eternamente”.
No hay mejor representante de estos tiempos, de nuestra generación y de nuestra época que los artistas del sticker urbano. Sus obras podrán ser efímeras, durar años o unos minutos, pero sus imágenes ya se encuentran en nuestras mentes y, tal vez ahí, durarán por siempre.
Carlos Gorbea
stickers en México